Cartagenero, nacido al pie del Sol y de las murallas, devoto de la música Africana y admirador fervoroso de los ritmos afrolatinos, con una colección musical que abarca desde el Son Montuno más Ortodoxo hasta el Beguiné mas libertario.
Sus programaciones musicales no tienen pasaporte ni maculas sonoras, puedes escuchar sin prejuicios cada uno de los ritmos lanzados como látigo indomable.
Adéntrate en su mundo de acetatos y conoce cada una de sus propuestas condensadas en surcos infinitos.
Nuestro amigo musical considera el mundo sonoro como un espacio donde la libertad sonora es algo innegociable, desde sus inicios en los barrios populares de su ciudad natal aprendió a identificar los sonidos más aceptados de los bailadores como el Soukous, Highlife, Pachangas, Juju, Guaguancó, Terapia Criolla, Guajiras, Charangas, Cumbias, Boogaloo etc. Por ello, para él, el sacro culto de girar disco tiene un solo fin: ALEGRÍA.
Desde sus primeros años de edad las ondas y estribillos picoteros llegaron por todos sus sentidos, fueron los coros del clásico Awuthule Kancane (La Mua) de las Mahotella Queens, la electrizante y violenta guitarra del Igblala Oso (Guanasó) de la Nigeriana Peacocks International Highlife Band y el sabor infinito e indestructible del Idlenes (El Ején) del grupo de sus amores Súper Negro Bantous que forjaron su visión de ritmo.
De patio en patio y de casa en casa fue asimilando desde cómo se prendía las plantas Kendwood y Peavey el equipo de su padre, hasta como se colocaba el tercer disco del lado A del LP “Duelo Musical” (Willie Rodriguez – Rico Son) que algún vecino le pedía.
El amor incondicional a la música fue desde siempre, hoy tenemos el placer de compartir sonidos* con este perseguidor de alegrías musicales.