BENNY.
Predilecto entre 18 hermanos y de Santa Isabel de las Lajas (Cienfuegos) representa entre los afortunados que lo escuchamos un símbolo de la Música Popular – ni siquiera salsa- este gigante del ritmo y sacrificado por la música quien manifestó en una entrevista sin tapujos “me acostaba más con hambre que con sueño” logró que el mundo lo llamara el Bárbaro del Ritmo y no era para menos, en sus selectos grupos logró sazonar voces como las de un tal Miguelito Cuní, Rolando La Serie y afinar los brillos de la trompeta de Alfredo “Chocolate” Armenteros.
Su calidad humana y su derroche de humildad se encuentra arraigada en quienes lo conocieron y lo disfrutaron, podía decir sin titubear “Mira, mi socio, yo de música no se una papa, aunque la mayoría de las cosas que interpreto tienen letra y música de mi creación”, pues claro, jamás estudio música, su razonamiento, dirección e interpretación eran innato, Dios se lo había dado en una barriada de Pueblo Nuevo un 24 de agosto de 1919. Siempre le cantó a ser Guajiro –Soy Guajiro– siempre pregonó al mundo ser Lajero –Santa Isabel de las Lajas – su corazón y sus ideas jamás huyeron de Cuba –Ay Mi Cuba– y como si fuera poco se atrevió a sembrar su maíz y su amor por México –Bonito y Sabroso –. Por esto Benny es el faro de cualquier cantante de salsa, hablar de Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez es verificar que si hay una fuente de emulación él es el código, él es la forma, en una ocasión el gran Miguel Matamoros sentencio que “tenía una voz muy clara, y sobre todo muy arriba, subía como nadie. Benny era mejor cantante que yo. Con eso te lo digo todo“.
Nunca habló de sí mismo como el mejor, la vanagloria no estaba en su esplendor, solo cabalgaba en sus gritos de mambos, en un encuentro en el programa de radio boricua ‘La Taberna India” improvisando con Ismael Rivera y ante la presencia muchos le sujetó la mano y con aquella reverencia que solo tienen los grandes dijo “usted es el sonero mayor”
Ningún cumplido será suficiente, ningún tributo bastará, su nombre lo escribió a pulso y con el machete de su voz, en los finales de sus días y asentándose la Revolución Cubana quisieron hacerle un homenaje y el mismo Fidel Castro (cuenta su hermano Teodoro Moré) le preguntó ¿Cuánto vas a cobrar por tus actuaciones? A lo que Benny Moré respondió: “Ya tú estás haciendo Bastante por mi pueblo, así que consigan el transporte para mi tribu que todo lo demás corre por mí”. Su homenaje es él.
Pocas veces (casi que ninguna creería yo) canto a los hombres o nombres, sus prosas, improvisaciones y guateques se los donaba a la alegría, al pueblo, a las costumbres era humano, tenía errores y le pasaron factura, alguna vez estuvo preso en Venezuela por agredir a un empresario suspicaz que no le pagaba a los cantantes que contrataba, pues se encontró con él, con el Benny, pero su mayor e implacable factura se la paso su misma forma de ser, alegre, amante de la noche y sus bebidas termina meteóricamente postrado y vomitando sangre. Su pregón y su guateque malanguero se desvanecía a las 09:15 de la noche del 20 de febrero de 1953, solo nos duró 4 décadas, muy poco para tanto, ya decía Menandro autor Griego de comedias “Aquellos a quienes los dioses aman mueren jóvenes”.
De pronto por ahí el Dios del Ritmo necesitaba que estuviese cuanto antes su máximo exponente… Benny Moré que banda de tiene usted…!